Por Pedro Argüelles Morán*.
Este 10 de diciembre se cumplen 63 años de haber sido aprobada por la Asamblea General de la ONU, la Declaración Universal de Derechos Humanos de la cual Cuba es signataria.
Esta Declaración Universal en su esencia y naturaleza ha sido muy poco respetada en la mayor de las Antillas desde que los colonizadores españoles llegaron al nuevo mundo. Pero a partir del año 1959 en adelante todos y cada uno de los 30 artículos de la Carta Magna humanitaria han sido pisoteados cotidianamente por el régimen totalitario castrista.
Enarbolando la supuesta justicia social, la igualdad y el socialismo, el régimen socialista cubano entronizó un perverso capitalismo de estado, donde la nomenclatura castrista goza de todo tipo de privilegios y prebendas mientras la población en general padece una tremenda miseria material y espiritual que ha desvalorizado a los cubanos al punto de soñar con huir a toda costa de nuestra patria y de despreciar nuestra cultura, idiosincrasia, tradiciones, historias, en fin lo nuestro.
Hoy se hace más urgente y necesaria la tan ansiada y sufrida transición democrática hacia una nueva Cuba donde prevalezca la sociedad civil, el estado de derecho, la pluralidad política e ideológica, la economía de mercado, el ideario martiano y el respeto a los derechos y libertades inherentes a la dignidad de la persona humana, partiendo de la magistral sentencia de nuestro Apóstol de la independencia José Martí “Con Todos y Para el bien de todos”.
*Miembro del Grupo los 75.
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