Guanabacoa, Cuba.- Yo Ariel Lázaro Fernández González, deseo condenar enérgicamente la falsa cometida con la excarcelación por indulto de 2 900 presos cubanos.
No condenamos el hecho propio de la libertad de un grupo de personas que se encontraban en las cárceles cubanas, de razón es un acto humanitario donde han intervenido numerosas instituciones religiosas y otros tipos.
Para lograr que las personas que cumplieran ciertos requisitos pudieran obtener la libertad, según expresó el presidente del Consejo de Estado y de Ministro durante el discurso de clausura en la Asamblea del Poder Popular.
Lo que si condenamos es el hecho de que han sido puestos en libertad una inmensa cantidad de reclusos que fueron sancionados por delitos violentos, residentes y multi-residentes, y salvo contadas excepciones de algún enfermo crónico o adultos mayores de 60 años.
Frente a mi tengo el listado de los reclusos del Centro Tarea confianza La Lima, y para no mencionarlos a todos voy a referir los casos más connotados. Como es el caso del ciudadano: José Menéndez del Monte, el cual en su largo historial delictivo fue sancionado por los delitos de disparo de arma de fuego contra personas, Asesinato, Cuatro veces sancionado por disturbios penitenciarios, en uno de ellos tomó como rehén a un funcionario del orden interior del Ministerio del Interior, condenado a 30 años de prisión, aparte de los 25 que ya tenía cumplido, extinguía su sanción en el año 2029.
Otro ejemplo es el ciudadano Lázaro Heredia, sancionado 3 veces por Robo con violencia contra las personas, una de ellas durante un pase otorgado por la prisión.
Igualmente los ciudadanos José López Hernández y Roberto Rodríguez, sancionado por asesinato, Juan Ramírez Lemus, sancionado por violación y Abuso Lascivo, estos son los casos más extraordinarios, aunque vuelvo a repetir con la excepción de 2 o 3 casos, todos los demás son sancionados por delitos de Robo con fuerza y Robo con violencia.
Deseamos agradecer a todas aquellas instituciones que de una forma u otra intervinieron a favor de que el gobierno cubano hiciera posible esta excarcelación, y muy especial a Monseñor Dionisio García, presidente de la Confederación de Obispos de Cuba y Arzobispo de Santiago de Cuba.
Una vez más, las instituciones cubanas encargadas de una labor humanitaria empañan con su actuar toda la esperanza del pueblo cubano, y lo hacen perder aún más la confianza en las personas que mal gobiernan el país.
Igualmente tiran por tierra la credibilidad en la esfera Internacional que Cuba intenta dar.
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