Mayabeque, Cuba.- Mi nombre es Yulemi Herreras López, tengo 26 años de edad, estoy sancionado a 14 años de privación de libertad. Perdí mi carrera. Me sancionaron sin que nadie me acusara, me acusa la policía y adquirí el VIH-SIDA por relaciones sexuales inestable.
Yo cómo estudiante de enfermería puedo decir que la atención médica aquí es pésima. Hace una semana yo tenía mucha fiebre y fui llevado al puesto médico y lo único que había para mí era cogri. Gracias a uno de mis compañeros que me dio una pastilla que su mamá le suministra del exterior me pudo bajar la fiebre.
Los maltratos físicos, los maltratos verbales, la mala alimentación, eso es lo que más se ve aquí y no podemos ponernos a la altura de ellos porque nos maltratan físicamente, nos meten para la celda de castigo.
Si me dieran la oportunidad, le pediría a las autoridades cubanas mejoras. Si nos van a tener aquí, porque esto es como un campo de concentración. Que mejore esto. Queremos que mejore la atención médica, que mejoren la elaboración de los alimentos, que mejore todo lo que pueda mejorar.
La mayoría de los que nos encontramos aquí somos jóvenes y como aquí en nuestro país los errores son cadenas que se arrastran, no tenemos libertad de palabra, si entra una inspección de la jefatura de cárceles y prisiones no podemos decir nada porque aparte de tenernos coaccionado, no resuelven nada.
Esta fue la mejor prisión que salió a nivel nacional, pero es como una fruta, bonita por fuera pero podrida por dentro. Vienen las inspecciones, todo por fuera está muy bien, pero realmente donde están los problemas es en el interior y no se resuelven.
Cuando viene alguien los preparan afuera y cuando un prisionero le plantea algún problema lo tildan de loco.
Nos están matando prácticamente, sicológicamente nos están matando.
Llevo 4 años recluido y no he visto resultados positivos ningunos para nosotros aquí en la cárcel del Sida de San José de las Lajas. Si hay algún trabajo profiláctico con los enfermos del VIH-SIDA, lo desconocemos, y si hay no trabajan con nosotros.
Quisiera mandarle un mensaje a la juventud cubana, que no lleguen aquí, los maltratos son escalofriantes y que se protejan 100% por que como dice el dicho, el SIDA no tiene cara.
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