Por Calixto Ramón Martínez Arias.
Pedro Pérez Magaña, vive un intenso peloteo desde que hiciera su solicitud de jubilación en enero del 2008, al Departamento de Recursos Humanos (DRH), del Centro de Investigación para la Industria Mecánico Metalúrgicos (CIPIMM), lugar donde trabajaba en esos momentos.
Según Pérez, el 28 de mayo de ese año se dirigió al Instituto Nacional de Seguridad Social (INASS), donde le explicaron que después de realizar un cálculo de sus años trabajados, no podían jubilarlo porque faltaban documentos que los directivos del DRH de su centro laboral habían votado.
El 25 de octubre emitió otra solicitud, ésta a la técnica en gestión del DRH Zoila Malagón Alonso, y se dirigió nuevamente al INASS, teniendo como respuesta que los directivos del CIPIMM no habían repuesto sus documentos al expediente laboral.
“Ahí empezó la gran odisea”, declara Pérez y alega “me dirigí en varias ocasiones al Ministerio de Trabajo, el 25 de noviembre del 2009, el director de esta institución me mandó a fiscalía municipal y ésta para el INASS. De aquí para Atención a la Población Municipal de Boyeros a ver a la señora Irma, quien me expresó muy enojada que ese era un asunto de mi centro laboral, y del INASS”.
“A partir del 30 de ese mes volví dos veces al Ministerio de Trabajo, la primera me atendió Leonel López, director de este ministerio y la segunda el subdirector general Ángel Céspedes Robledo”, agrega.
“El primero me repitió que eso era un asunto de mi centro de trabajo, el segundo me dio una carta para que se la entregara a Malagón, asiendo mención que yo había trabajado por varios años en la fábrica de tabaco, teniendo como respuesta; que la carta no significaba nada, que la cogiera para limpiarme el fondillo”.
Explica Pérez que ante lo sucedido, en el mes de diciembre planteó una denuncia en fiscalía municipal, donde se ha dirigido en tres ocasiones más y nada ha resuelto.
En el 2010 visitó en más de diez ocasiones al INASS, recibiendo en su última visita, una sanción de cuatro años, separado de su centro de trabajo por no asistir al mismo, aunque ya esté pasado de edad laboral y años trabajados.
“Ante tanta discordia el 6 de enero del 2011 envié una carta a Raúl Castro, presidente de la república, y sus asesores no se tomaron el tiempo ni de leerla, pues la misma fue remitida para el Ministerio de la Industria Básica (MINBAS) al cual pertenece el CIPIMM”, dice Pedro señalando una casa vieja que parece que se va a caer.
“Después de servirle tanto a esta revolución, mira ahora como me veo”.
Luego de la carta a Raúl, dice Pedro que visitó los mismos lugares casi por las mismas veces. El 6 de julio de este año escribió otra carta, ésta destinada a la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), y, aun espera respuesta.
Pedro Pérez, es vecino de calle C, No 23902, reparto García, municipio Boyeros, La Habana. El próximo 5 de marzo cumplirá 65 años de edad.
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