miércoles, 23 de noviembre de 2011

Fotorreportaje: S.O.S. por los ríos de Cuba


Por ROBERTO DE JESUS GUERRA*

En Cuba, una isla no muy industrializada y con una superficie de 114,525 kilómetros, cada vez están en mayor peligro sus ríos y arroyos a causa de la contaminación de aguas albañales, la formación de microvertederos en las dunas y la tala indiscriminada de vegetación.

Río de Párraga, La Habana. Foto: Roberto de Jesús Guerra, Hablemos Press.

En la opinión de la población, esta crisis se debe a lo poco que han hecho los programas revolucionarios por rescatar los ríos afectados y apuntalar la situación ecológica que existía en 1959.

Una encuesta realizada al azar por Hablemos Press entre 42 personas de diferentes sexos y provincias en el verano de este año, arrojó que a 31 de ellos les gusta más bañarse en los ríos que en las playas -no exentas de la contaminación- pero han perdido la tradición por la lejanía de los que quedan limpios.

La preferencia de los cubanos por el río antes que la playa puede estar motivada por un incremento de las temperaturas, que en el mar se siente más y provoca más quemaduras de la pie por el agua salada. El río es visto como un remanso para refrescar.

“Me gusta más el río que la playa por su agua fría y limpia. Pero los que han sobrevivido a esta destrucción están muy lejos de la ciudad”, dijo Yuliet, una de las encuestadas en La Habana. “En mis 16 años de vida he ido al río en tres ocasiones, pero he tenido que viajar más de 100 kilómetros”.

La muchacha agregó que en La Habana “se pueden contar con una mano, y te sobran dedos, los arroyos que han sobrevivido a la contaminación”.

Aunque las autoridades tratan de justificar la contaminación ambiental como resultado de actitudes irresponsables por parte de los ciudadanos, no existe un programa de alcantarillado o de bombeo de aguas negras en las ciudades.

La gestión de alcantarillado, saneamiento y drenaje pluvial, así como el desarrollo de las infraestructuras para la protección de las aguas corre a cargo del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos. Sin embargo, la situación de estos años ofrece un panorama de dejadez que no escapa a la mirada crítica de la población.

Deuda con el Almendares

Los ríos cubanos son cortos, rápidos y de escaso caudal. Ninguno de los más importantes de la isla -el Cauto es el más largo y el Toa el de mayor caudal- se encuentran ubicados en La Habana.

Julio Aleaga Pesant, ex profesor de la Universidad de La Habana, recuerda que La Habana cuenta con tres ríos, que son en realidad pequeños caudales de agua: el Martin Pérez y Luyanó que desembocan en la bahía habanera, y el Almendares, el único que atraviesa la ciudad y que llega al mar por su propio cauce.

La rehabilitación del Almendares ha sido lenta. Los habaneros tienen una deuda ecológica de antaño con ese río que fue un proveedor natural de agua potable para los residentes de la ciudad desde la etapa colonial por vía de la llamada Zanja Real, construida en el siglo XIX.

“Durante la etapa colonial y muy al principio del siglo XX, estos ríos pudieron servir a la población para esparcimiento, distracción, quizás hasta para beber, pero con el desarrollo urbanístico que trajo la república las aguas negra cubrieron los caudales de los ríos, quedaron más como una formalidad escenográfica en la realidad habanera que como una fuente de agua que pudiera servir para su utilización”, comentó Aleaga.


Río cercano al poblado Calabazar se ha convertido en un basurero. Foto: Roberto de Jesús Guerra.

Los habaneros han perdido la tradición de bañarse en los ríos que existió durante los años de la república y optan por las playas que bordean el norte de la capital.

“Hace ya más de 15 años no me baño en un río. La última vez que lo hice fue en Las Clavellinas, en Camagüey, por cierto no estaba muy limpio y cogí una alergia en el cuerpo que para qué hablar”, señaló José Ignacio, otro de los encuestados.

Otro de los encuestados, que prefirió mantener anonimato, afirma que “el origen del problema es culpa tanto de los ciudadanos como las entidades estatales que no llevan a cabo proyectos que den solución”.

Miguel Ángel, trabajador de Comunales, destaca “la ausencia de recipientes para la basura y de alcantarillado en todas las regiones de Cuba es el problema, por lo que todo va a parar a los ríos y el mar”.

Las autoridades no colocan señales ni advertencias en lugares donde se ha comenzado a verter basura. Tampoco toman medidas con las empresas que envían los desechos a los arroyos.

Cientos de ríos y arroyos en toda la isla han quedado secos también por la construcción de embalses que le absorben todo su caudal. Por ejemplo el río Vicana Abajo, en Media Luna, Granma, se queda sin agua año tras año a causa de los efectos de la Presa de Pon.

Si no lanzamos un S.O.S por los ríos de Cuba, las generaciones venideras tal vez tengan que conocerlos por fotos antiguas o escuchar los relatos de los mayores recordando que “por aquí pasaba un río”.


LOS MAYORES RIOS DE CUBA:
1- Cauto, 370 km, provincia de Granma
2- Sagua La Grande, 163 km, provincia de Villa Clara
3- Zaza, 155 km, provincia de Sancti Spíritus
4- Caonao, 133 km, provincia de Ciego de Avila
5- San Pedro, 124 km, provincia de Camagüey
6- Jatibonico del Sur, 119 km, provincia de Sancti Spíritus
7- Las Yeguas, 117 km, provincia de Camagüey
8- Cuyaguateje, 112 km, provincia de Pinar del Río
9- Mayarí, 106 km, provincia de Holguín
10-Hondo, 105 km, provincia de Pinar del Río
11-Agabama, 105 km, provincia de Sancti Spiritus
12-Toa, 100 km, provincia de Guantánamo
*Director de la agencia independiente Hablemos Press.

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