Holguín, Cacocún, 24 de mayo.―Yo Berta Guerrero Segura, miembro de la FLAMUR y vocera del Partido Republicano de Cuba en Holguín, denuncio el abuso y atropello que usaron agentes de la Seguridad del Estado y la policía nacional revolucionaria contra varios activistas incluyendo a Franklin Pelegrino del Toro, mi esposo.
Explico que el día 16 fuimos al poblado Banes a visitar a Reina Luisa Tamayo, madre del líder opositor fallecido Orlando Zapata Tamayo y nos arrestaron.
A mí me liberaron horas después, pero el jefe de procesamiento penal de Holguín y otro teniente de la Seguridad del Estado que nos interrogaron nos aplicaron métodos de tortura.
Me mintieron y maltrataron cuando pedí conversar con ellos por la detención de mi esposo. Alegando que me fuera para la casa que ya a él lo habían liberado.
Al dirigirme al domicilio de María Antonia Hidalgo Mir, presidenta de la FLAMUR, me interceptaron cuatro agentes de la policía y de la Seguridad a unos metros de su casa. Fui maltratada, me torcieron los brazos para quitarme el bolso y sacarme el carne de identidad. Me dijeron que era una puta contrarrevolucionaria. Al pueblo que se congregó para ver aquello les decían que yo estaba loca ―como me estaban maltratando en la calle― y fui llevada en un carro patrulla nuevamente para la ciudad de Holguín.
Allí me llevaron para un cuarto cerrado herméticamente. Me estaba ahogando dentro y así me interrogaron agentes que se turnaban.
Me decían que me fuera para la casa que no podía ir a la vivienda de nadie. Ahí estuve por más de media hora, luego me montaron en un carro patrullero cerrado y me echaron un polvo para adentro. El patrullero iba con la alarma sonando a muy alta velocidad y seguían maltratándome dentro del carro pensaba que me iban a matar. Me deportaron de Holguín a Cacocún.
A mi esposo lo soltaron el 18 al igual que a otros activistas que le hicieron lo mismo.
Seguimos siendo hostigados, secuestrados, atropellados y maltratados por este régimen y no hay organismo para presentar quejas.
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