viernes, 10 de junio de 2011

Cosas de muchachos: las cuchilladas en las escuelas cubanas


Por Jaime Leygonier/ Hablemos Press.

Caso Secundaria Fructuoso Rodríguez donde murió un joven producto de una riña. Familiares de Emilio Lázaro Pérez Valdés que apareció ahogado en un estanque de una escuela en el Mariel. Foto: Archivo de Hablemos Press.
Sigue en aumento la violencia con armas blancas entre escolares adolescentes; ya no ocurre sólo en internados donde las autoridades contabilizan los hechos de sangre como "accidentes de trabajo", sino inocultables en escuelas y fiestas del barrio y trasciende al público alarmado.
Pero el Gobierno continúa guardando secreto sobre esta realidad que siempre su propaganda proclamó ajena a la sociedad socialista y atribuyó a la enajenación, la miseria y el consumo de drogas en el capitalismo.
El viernes 3 de junio en la escuela tecnológica "Hermanos Gómez" -antiguo 5to. Distrito- en la avenida de Acosta del habanero barrio de Lawton, dos alumnos de 16 años de edad pelearon a cuchilladas, resultando con heridas leves.
Fueron los alumnos de Tecno -energética José Luis, alias Wuawi, del grupo T -21, y Miguel, del E- 11, y la causa de la pelea fue un pastelito que uno no quería pagar al otro según una apuesta.
El viernes ocurrió esta pelea, al próximo día de clases, el lunes 6, en la misma escuela y sin relación con el incidente del viernes, entró de la calle un grupo de adolescentes armados con palos y armas blancas y tras conducirse amenazadoramente no hubo otras consecuencias.
El mismo viernes 3 hubo reunión de padres en la escuela primaria "Raúl Gómez García" -antiguo Instituto Urquiza- en San Benigno, frente al parque de Santos Suárez, y al concluir la reunión, dos madres pelearon empleando como armas los cinturones de sus niños.
En el mismo parque hace unos años una multitud de alumnos de la escuela secundaria básica -de 7° a 9° grados- "José María Heredia", acudió con palos, piedras y armas blancas a atacar a los alumnos de la secundaria básica "César Escalante" que salen al parque en horario de almuerzo. Se apedrearon de ambos bandos sin mayores consecuencias físicas. En el tumulto participaron también hembras.
En el mismo parque, a pleno día, en el año 2010, Luisito, de 16 años, amenazó con una cuchilla a otro adolescente de aspecto afeminado; un primo del amenazado se armó con un cuchillo de cocina y fue a desafiar a Luisito a su casa, pero las mujeres de su propia familia lo desarmaron.
Al regañarlo su madre a Luisito, él explicó:"Yo no iba a hacerle nada al pajarito, fue jugando". Efectivamente, ocurren cosas más serias, hace unos años en ese parque, de noche, un jovencito mató a otro con una proyección de judo, el occiso salió en defensa de una adolescente que violaban.
Pero "juegos", alardes de matonismo ante el grupo de amigos ocurren cada vez con más frecuencia y con consecuencias serias. A veces, en los ómnibus grupos de escolares asumen conductas agresivas contra los pasajeros, particularmente contra los ancianos.
Un karateka me relató: "Iba en la guagua" ( ómnibus) "con mi mujer y mi hijo de 6 años, subió un grupo de escolares, dando gritos, empujaban a los pasajeros, entonces una muchachita del grupo se paró en medio del pasillo con una cuchilla en la mano y estuvo así un rato voceando desafíos, pensé que si se acercaba a mi niño yo no podía esperar a ver qué pasaba, tendría que pararme rápido y pegarle a la muchachita con todas mis fuerzas".
Se acercan los meses de vacaciones escolares, julio y agosto, durante los cuales ocurren a diario reyertas armadas en los atestados ómnibus en que los bañistas regresan de la playa de Guanabo.
Según el periodista independiente Roberto de Jesús Guerra: "Hace varias semanas en una escuela de Holguín un alumno degolló a su noviecita y cortó a otros estudiantes y a un profesor, y en otra escuela del mismo Holguín y en una de Ciego de Ávila, riñeron a puñaladas grupitos rivales, pandillas."
Aunque ocurren asaltos a pleno día, la violencia irracional está pasando a ser la norma, no es necesario que quieran robarnos, ni tener enemigos, ni provocar, para ser atacados: Muchos jovencitos quieren hacerse un nombre de "duros" - y el alcohol y la droga potencian el fenómeno.
Entre profesores de artes marciales predomina la opinión de que la pelea a puños "entre hombres" es cosa del ahora el agresor procura ventaja, emplea armas y el ataque sorpresivo y en grupos, según el código del presidio que prestigia a quien es capaz de atacar a traición y con crueldad.
Apareció un nuevo tipo de agresión oportunista: Dos personas que pelean en una fiesta o lugar público corren el peligro, sobre todo si caen al piso forcejeando, de que un adolescente ajeno a la pelea se acerque con celeridad y apuñale por la espalda a uno de ellos.
El herido se devanará los sesos en vano pensando en quién lo atacó y por qué, pues su atacante es un perfecto desconocido que solamente vio la oportunidad de acreditarse como matón con poco riesgo y alardear después de su hazaña: "¿Viste como lo pinché?".
Por falta de armas de fuego entre la población, muy rara vez un muchacho lleva a la escuela, para exhibirla a sus amigos en el urinario, la pistola de un pariente militar, predominan cuchillas y punzones, por suerte de mala calidad, y algunos fabrican "inyectores".
El "inyector" es un arma de fuego artesanal de un solo tiro, caño liso y muy ineficaz, salvo a distancia muy corta, más parecido a un tubo pequeño que a un arma.
El periodista independiente Carlos Ríos Otero escribió sobre caso ocurrido en el 2005 en el Instituto de Güines cuando un adolescente recluta del servicio militar obligatorio en un ataque de celos se fugo de su unidad militar con un fusil AKM y baleo a su novia, un amigo y a un profesor en esa escuela.
La negación del problema por las autoridades dificulta las soluciones; existe una red de reformatorios llamados Escuelas Especiales, dirigida por el Ministerio del Interior, para reeducar a menores con "problemas de conducta", pero el número rebasa la capacidad de estas escuelas y resultan centros de castigo que no mejoran al menor.
Un ex custodio de uno de esos centros para menores me confesó: "Trabajé allí varios años y me tuve que ir porque tenía pesadillas, me estaba volviendo loco por lo que veía. Allí vi a niños herir a otros con un fleje o un vidrio, vi a uno rajarse el pecho con un tubo de luz fría para que lo enviaran al hospital."
En las escuelas, los profesores son incapaces de motivar a los alumnos al estudio y suelen amenazarlos con enviarlos a "la escuela especial" si se portan mal - y los hijos de opositores pacíficos con frecuencia reciben esa amenaza de maestros acosadores o de un policía "de visita".
Los maestros y profesores, ignorantes en extremo, son en su mayoría otros adolescentes estudiantes con un par de años más que sus alumnos. Tanto éstos como también los profesores adultos, emplean constante violencia verbal y los insultos más soeces en el trato y reprimendas a sus alumnos.
Entre los maestros y profesores adolescentes y sus alumnos se establecen relaciones de excesiva confianza, amistades y relaciones sexuales que propician reyertas entre los alumnos y sus "pedagogos".
Hace unos años conmovió a La Habana el homicidio de un estudiante de 8vo. grado muerto de un silletazo por su maestro, tan adolescente como él, la versión oficial publicada fue "accidente": que el maestro amenazó sacudiendo la silla y ésta se zafó y golpeo al estudiante que pasaba casualmente.
Según un profesor, tres menores de edad que habían provocado la agresión del maestro fueron recluidos en una escuela especial por orden expresa del general Raúl Castro, pero los familiares no se atreven a hablar del caso. El profesor agresor desapareció y dice la leyenda -melodrama sospechoso de fabricado por las autoridades- que está en un hospital psiquiátrico loco de remordimientos por haber matado sin querer al alumno.
El silencio es mayor cuando los hechos de sangre ocurren en becas, internados de condiciones carcelarias, donde "la disciplina interna" es asignada por los profesores a las pandillas de guapos y las heridas se justifican como "accidentes de trabajo".
En julio del 2010 el cadáver desnudo de Emilio Lázaro Pérez Valdés, estudiante de electrónica de 15 años de edad, apareció en un estanque de una fábrica cercana a la escuela politécnica donde estudiaba electrónica, escuela "Juan Manuel Castiñeira", en el Mariel.
Según informó la familia al periodista independiente Roberto de Jesús Guerra, director de C. I. Hablemos Press, desconfían de la versión oficial de que se ahogó accidentalmente, pues el jovencito tenía pánico a la playa y no creen que se zambulliría por su propia voluntad en ese estanque.
Además, cuando solicitaron ver la autopsia, les mostraron una foto en que parecía golpeado su rostro. La familia cree que la dirección de la escuela oculta su negligencia y que existe mal manejo del caso por la policía a la que pide en vano que investiguen como sospechosos a tres estudiantes.
Por esas declaraciones a Hablemos Press, la Seguridad del Estado arrestó y amenazó por horas al padrastro del difunto, y actualmente mantiene bajo vigilancia su hogar, cuando los familiares salen los sigue un agente de civil y cuando pretenden salir del municipio los arrestan y devuelven a la casa porque "ustedes no pueden hacer más declaraciones".
La prensa silencia estos hechos de sangre, pero el sábado 4 de junio publicó en Granma "Reportan un millón de incidentes violentos en escuelas norteamericanas" /…/alumnos de secundaria reportaron que todos los días sufren algún tipo de intimidación y por lo menos una vez por semana los atacan físicamente/…/detectaron a casi 116 000 alumnos con estupefacientes ilícitos/…
En Cuba no quieren detectar nada y una encuesta sobre el problema probablemente arrojaría -en proporción a la población- cifras superiores a las de E. E. U. U., frutos de "el hombre nuevo" educado en y para la violencia revolucionaria, sin fe, sin presente y sin esperanza.
Pero la desastrosa "educación gratuita" seguirá siendo "un gran logro de la revolución", como la mayoría de edad y el servicio militar obligatorio a los 16 años de edad.

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