Por Diosdenis Santana Madera.
Prisionero cubano. Foto: Archivo de Hablemos Press.
El pasado 20 de junio, fue torturado el recluso Julio Cesar Gómez Escull, que su familia reside en la calle 5 entre F y Lindero, Luyanó Moderno en Ciudad de La Habana.
Todo aconteció cuando Julio Cesar, el cual extingue condena por robo con violencia en la prisión de Kilo 5 en la provincia de Pinar del Río, tomó la decisión de plantarse en huelga de hambre exigiendo su traslado para un centro penitenciario más próximo a su casa.
Al optar por esa posición, el jefe de unidad mayor Ernesto, acompañado de otro militar nombrado Vladimir, esposaron al recluso por las manos y pies, aplicándole una de las más conocidas torturas La Chaquira, la cual consiste en que después que el reo esta esposado de manos y pie con una cadena unen los miembros superiores con los inferiores dejando la única parte del cuerpo que toca el suelo es el abdomen.
En esa posición procedieron a darle una golpiza a punta de pie, la cual chocaba en el rostro y costillas de Julio Cesar. Las patadas provocaron lesiones por todo el cuerpo y el pómulo derecho se lo reventaron.
Desde ese día hasta hoy, los mencionados torturadores mantuvieron a Julio Cesar en una celda de castigo para que no lo pudieran ver ni amigos, ni familiares.
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